¿Debe existir un Ministerio de Cultura? La pregunta, recurrente, vuelve a la agenda, después de que el consejero de Cultura de la Generalitat de Catalunya, Ferràn Mascarell, afirmara el viernes pasado que, si por él fuera, cerraría la institución.
"La desaparición de Cultura es una vieja aspiración de los partidos nacionalistas y, en especial, del catalanismo. Quieren que se transfiera todo, y, sobre todo, que desaparezca el organismo que promociona la cultura española como tal, como española", explica la diputada socialista Carmen Calvo, ministra del área entre 2004 y 2007.
En la práctica, el Ministerio de Cultura ya tiene los poderes muy recortados por las transferencias a las comunidades autónomas. Su presupuesto, algo más de mil millones de euros, es más pequeño que el del Gobierno de La Rioja, por ejemplo. Y la legislación que aún está por desarrollar en el área (básicamente: una nueva Ley de Derechos de Autor) desborda las competencias estrictas del Ministerio.
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