Millones de cajas de cartón se acumulan descuidadas, sin lógica ni destino aparente con la información de cada uno de los argentinos y extranjeros que han entrado o salido del país alguna vez. En la Direccion de Migraciones admiten el caótico estado del archivo, cuyo inventario no existió jamás ni se está realizando. Ahora las energías están puestas en buscar un sitio para enviar toda la documentación, que cada año se engrosa en cerca de 3,5 millones de fichas. La prioridad para el Estado es sacar toda la documentación del Hotel de los Inmigrantes y responde a razones inmobiliarias. El Hotel empieza a ser vaciado junto con sus secretos y su caos, el que permitió la destrucción o la pérdida de algunos expedientes de valor histórico, como el ingreso de los cientos de nazis que llegaron a la Argentina en su fuga de la Europa de posguerra.
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