Europa se enfrenta al dilema moral de abrir o cerrar los archivos de los antiguos totalitarismos. Después del escándalo Wielgus, el arzobispo que colaboró con el servicio secreto polaco, el proceso de desvelar el pasado va a continuar. Los obispos polacos han decidido someterse a un examen sobre su pasado. El Instituto para la Memoria Nacional, encargado de todos los archivos, ofrecerá la ayuda necesaria.
La prensa mundial recoge los pormenores de la noticia. Los Angeles Times publica la opinión de Timothy Garton Ash: "¿Recordar u olvidar? ¿Abrir los archivos o dejarlos bajo llave? ¿Depurar o no depurar? Algunos pueden decir que este caso demuestra, una vez más, qué peligroso es abrir la caja de Pandora. Es mucho mejor pensar que lo pasado, pasado está. Yo opino todo lo contrario. El caso de Wielgus enseña a la perfección la importancia de revelar a su debido tiempo, escrupulosamente, con limpieza y de forma exhaustiva el pasado dictatorial en toda su complejidad".
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