La compañía Phonedog ha demandado a uno de sus ex empleados por quedarse con los 17.000 seguidores de Twitter que tenía cuando trabajaba en la empresa. La compañía reclama 1,9 euros al mes por cada seguidor durante ocho meses, por lo que la cifra asciende a 260.000 euros.
Noah Kravitz dejó su trabajo en un popular portal de telefonía móvil, Phonedog.com, tras casi cuatro años. El empleado, había comenzado a escribir en Twitter y logró acumular 17.000 seguidores.
Cuando Kravitz dejó su trabajo, PhoneDog le confirmó que podía mantener esa cuenta de Twitter a cambio de publicar de vez en cuando en ella.
Ocho meses después PhoneDog le demandó, afirmando que se había apropiado de la lista de Twitter de la compañía -considerada como una lista de clientes.
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