La protesta de la fe y renovación de los votos religioso que hizo, y dejó escrita con su sangre Sor Juana Inés de la Cruz en 1695, y el más antiguo catecismo conocido como testeriano, que registra cómo antes de que los religiosos hubiesen aprendido las lenguas indígenas utilizaban historias pictóricas para difundir el Evangelio, son sólo ejemplos de las joyas que resguarda la Asociación Mexicana de Archivos y Bibliotecas Privadas y que están en exhibición en el Museo Soumaya.
“Por primera vez se muestran los tesoros de los archivos que colaboraron, para que el público los aprecie y reflexione sobre nuestra historia, pero sobre todo deseamos crear una conciencia histórica en los visitantes, decirles que si tienen un archivo lo resguarden muy bien y si no tienen un espacio nosotros podemos guardarlo. Los archivos familiares son sumamente valiosos porque son la recuperación de la historia de México, a través de esas pequeñas historias somos capaces de comprender la gran historia de la vida nacional”.
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