El panorama desolador del archivo de Pola de Siero ha sido puesto como ejemplo negativo por el Sindicato de Trabajadores de la Administración de Justicia (STAG).
Dentro del archivo, la humedad y el polvo acumulado durante años dificultan la respiración, lo que lleva a muchos agentes judiciales a entrar con mascarilla. En el archivo, aparte de los expedientes, pueden encontrarse muebles, televisores, una botella de champán, múltiples objetos que han servido alguna vez como arma, media docena de bicicletas e, incluso, una motocicleta de los tiempos de Ángel Nieto.
Por si esto fuera poco, en un recodo del archivo se localiza un agujero en el suelo, del que sale una bomba extractora, instalada hace varios meses para expulsar el agua a un patio cercano en caso de inundación. Una circunstancia que el archivo ha padecido en múltiples ocasiones a lo largo de los años y que, incluso, ha dejado una cota en las propias estanterías donde se almacenan los expedientes, en las que se aprecia a simple vista hasta dónde llegaba el agua. Junto a la bomba, una pequeña trampa para ratones es la única defensa contra los roedores.
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