Los herederos de Clarín ofrecen los 6.000 volúmenes de la biblioteca y los manuscritos del autor para crear un centro de estudios clarinianos. De momento una primera llamada de la Dirección General de Cultura, interesándose por ese depósito y sobre todo por el estado en el que se encuentra el fondo documental y literario, que lleva por desidia institucional años repartido en varias viviendas, desvanes e, incluso, un hórreo -también pasó por un establo en Mieres-, además de en dos cajas de seguridad de un banco, donde, lógicamente, se hallan las piezas más importantes.
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