Los tesoros centenarios de los monasterios del Monte Athos, manuscritos y objetos litúrgicos, se exponen por vez primera desde su creación fuera de Grecia y son presentados en el Petit Palais de París. La exposición permite que las mujeres, cuya entrada al célebre sitio del norte de Grecia está terminantemente prohibida desde hace siglos, puedan contemplar las 183 piezas que se exhiben.
Junto a documentos firmados por los emperadores bizantinos, pueden admirarse manuscritos con bellas iluminaciones, entre ellos un evangeliario de 1340, regalado al monasterio de Vatopedi por el emperador Juan VI Cantacuceno. "Las letras son de oro de una punta a la otra punta del manuscrito", recalca Raphaëlle Ziadé. Una iluminación con fondo dorado representa un santo copista vestido con una túnica drapeada de azul intenso, junto a sus herramientas de trabajo, cuchilla, tinta y pluma.
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