Grecia reclama las piedras del Partenón expuestas en el British Museum, pero hasta ahora ningún país ha exigido a otro que le devuelva incunables, manuscritos o documentos históricos. España, tampoco. Ni lo hará.
La directora de la Biblioteca Nacional de España, Milagros del Corral, dice en El País que cree que nunca se ha usado la convención que obligaba a los países a devolver patrimonio expoliado durante guerras a su lugar de origen. "Creo que nunca se aplicó, pero ayudó a cambiar la mentalidad", indica. Y la conciencia no es un tema menor. Cuando robaron los valiosos mapas de la Biblioteca Nacional en 2007, "la gente lo vivió como si le hubieran robado algo suyo", revive la directora. Hace un siglo, en plena depresión anímica y económica, la preservación del patrimonio no preocupaba ni a autoridades ni a particulares. En 1901, el marqués de Jerez de los Caballeros vendió su biblioteca al mejor postor y al bibliófilo más hechizado por su colección: el millonario estadounidense Archer Milton Huntington, que luego fundó la Hispanic Society of America. A cambio de 592.500 francos, el aristócrata embaló sus 10.000 libros y manuscritos hacia Nueva York.
La Hispanic es una de las instituciones extranjeras con una vasta colección de textos españoles, pero no es la única, también la Bibliothèque Nationale de France (Napoleón ayudó mucho), la British Library o la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario