“Los documentos críticos de las compañías deberían estar siempre protegidos en centros de custodia”.
Entrevista a Gonzalo Rivas, director comercial en España de Iron Mountain.
- ¿Cuál es el impacto de la nueva ley de blanqueo de capitales en la gestión y custodia de la información?
El impacto de la nueva ley desde el punto de vista de la gestión y custodia de la información implica nuevos retos para el sector financiero ya que en la práctica implica duplicar el periodo mínimo de custodia de los documentos, de los cinco años actuales en línea con los requisitos fiscales, hasta los diez años de la nueva ley.
Al custodiarlos durante el doble de tiempo, el volumen de documentos a custodiar se duplica y al existir el requisito de acceso a esa documentación, es fundamental que la forma de almacenarla e inventariarla permita localizarla muchos años después de haber sido generada.
- ¿Cuál es el impacto de la nueva ley de blanqueo de capitales en la gestión y custodia de la información?
El impacto de la nueva ley desde el punto de vista de la gestión y custodia de la información implica nuevos retos para el sector financiero ya que en la práctica implica duplicar el periodo mínimo de custodia de los documentos, de los cinco años actuales en línea con los requisitos fiscales, hasta los diez años de la nueva ley.
Al custodiarlos durante el doble de tiempo, el volumen de documentos a custodiar se duplica y al existir el requisito de acceso a esa documentación, es fundamental que la forma de almacenarla e inventariarla permita localizarla muchos años después de haber sido generada.
- ¿Puede mencionar dar algunos consejos a las empresas que desean custodiar la información de forma segura e inteligente?
Idealmente la información crítica de las compañías debe estar siempre protegida en centros de custodia especializados. El control de accesos mediante varios niveles de seguridad es un punto muy importante. Al ser crítica, la información debe estar disponible en todo momento y de forma inmediata. Terminado su ciclo de vida, debe destruirse de forma confidencial para evitar usos no previstos y que puedan implicar riesgos para el negocio y/o incumplimiento de las leyes.
El simple hecho de externalizar la custodia de información aumenta su seguridad ya que, una vez fuera de su ubicación natural en la empresa, queda lejos del posible error humano y fuera del alcance de posibles “intrusos”.
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