Documentos inéditos muestran el poder que tenían las nobles gallegas en la Edad Media.
La duquesa de Arjona, Aldonza de Mendoza y medio hermana del marqués de Santillana, presentó una demanda contra su marido, Fabrique Enríquez, en el siglo XV por "robo, malos tratos y abusos de poder" con el objetivo de poder recuperar su dote después de que su esposo fuese ejecutado en 1431 por orden de Juan II.
Este apunte forma parte de un estudio realizado por un equipo de historiadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) relacionado con las semblanzas biográficas de más de 300 mujeres gallegas pertenecientes a los principales linajes de la época, y que demuestra que, aunque la mujer en la Baja Edad Media estaba supeditada al hombre, ejercía más poder de lo que se pensaba hasta ahora.
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