3 ene 2011

El trabajo se multiplica en el Archivo Histórico de Asturias.
La espaciosa antigua cárcel acumula ya más de 8.000 cajas de documentación que al reducido equipo (la crisis impide contar con más ayuda profesional) le toca «inventariar, meterlo en cajas y notariarlo».
Estos documentos estaban, hasta ahora, en una nave de Siero. Junto a ellos también han llegado por ejemplo los archivos del Colegio Oficial de Arquitectos desde los años 30 y se esperan los de la Cámara de Comercio de Avilés. Aparte de papeles institucionales o empresariales, ingresan fondos privados. Conchita Paredes, la directora, negocia en la actualidad con dos familias (prefiere omitir sus identidades) para que depositen su documentación particular. A ello hay que sumar que «la Administración de Justicia está enviando constantemente transferencias a lo largo del año», describe.

«Nos tocó abrir en un periodo de crisis». La directora del Archivo tiene muy presente que no corren buenos tiempos económicos, y es necesario apretarse el cinturón. Las anteriores dependencias eran más manejables que los más de 13.000 metros cuadrados actuales, y en ellas el Archivo abría todas las mañanas y las cinco tardes laborales porque «era más fácil controlarlo».
A diferencia de la antigua sede, en el nuevo Archivo Histórico Provincial los usuarios pueden utilizar sus propias tecnologías, ordenadores con escáner, cámaras digitales para copiar los documentos que les interesen. Con todo, la institución hace un esfuerzo añadido «y envía documentos digitalizados por correo electrónico» a los demandantes de información. Recientemente ha digitalizado el catastro del Marqués de la Ensenada, del siglo XVIII.

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