Dos hermanas residentes en Tel Aviv, que heredaron los documentos de su madre, han denunciado frecuentes robos en su apartamento (dos la semana pasada), pero dicen no saber qué ha sido robado. La Biblioteca Nacional de Israel, que pleitea con las hermanas por la posesión de los manuscritos, sospecha que el patrimonio está siendo liquidado.
La Biblioteca Nacional interpuso una demanda para conseguir la custodia de los libros de y los manuscritos de Kafka. Pero mientras se desarrolla el proceso se han sucedido los robos misteriosos en casa de Eva Hoffe...
Los textos supuestamente "desaparecidos" formaban parte de la biblioteca de Max Brod, editor y amigo de Kafka. Brod emigró a Israel en 1938 y falleció treinta años después. Los escritos fueron legados a su secretaria Esther Hoffe, que falleció a su vez hace dos años y dejó los manuscritos y el resto del material a sus dos hijas, Eva y Ruth.
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