El Gobierno Vasco echa el freno a la tarjeta ONA.
Ralentiza su despliegue por su escasa utilidad actual y dice que «acompasará» su distribución con futuros proyectos telemáticos
La tarjeta ONA, la versión vasca del DNI electrónico que impulsa la Administración del Estado, comenzó por ofrecer la posibilidad de tramitar la cita previa con el médico de Osakidetza, pero sus expectativas de uso eran ilimitadas al incorporar un chip de identificación del usuario, lo que se conoce como una firma digital.
En la teoría, permite desde entrar con ella a los polideportivos hasta hacer la declaración de la Renta o solicitar un certificado de empadronamiento por internet. Sin embargo, al margen de las posibilidades que ofrece en el ámbito sanitario, el uso real de la tarjeta es muy escaso, apuntan desde el Gobierno Vasco, en consonancia con la limitada oferta de servicios disponibles y con la complejidad de su uso.
«A partir de ahora, el despliegue estará ligado a los proyectos de digitalización de los servicios públicos», apuntan los gabinetes de los consejeros de Sanidad y de Justicia y Administración Pública, las dos áreas involucradas en este asunto. «El volumen de tarjetas ONA a emitir dependerá de la oferta de servicios telemáticos que se genere y de la demanda que estos servicios obtengan por parte de la ciudadanía».
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La tarjeta ONA, la versión vasca del DNI electrónico que impulsa la Administración del Estado, comenzó por ofrecer la posibilidad de tramitar la cita previa con el médico de Osakidetza, pero sus expectativas de uso eran ilimitadas al incorporar un chip de identificación del usuario, lo que se conoce como una firma digital.
En la teoría, permite desde entrar con ella a los polideportivos hasta hacer la declaración de la Renta o solicitar un certificado de empadronamiento por internet. Sin embargo, al margen de las posibilidades que ofrece en el ámbito sanitario, el uso real de la tarjeta es muy escaso, apuntan desde el Gobierno Vasco, en consonancia con la limitada oferta de servicios disponibles y con la complejidad de su uso.
«A partir de ahora, el despliegue estará ligado a los proyectos de digitalización de los servicios públicos», apuntan los gabinetes de los consejeros de Sanidad y de Justicia y Administración Pública, las dos áreas involucradas en este asunto. «El volumen de tarjetas ONA a emitir dependerá de la oferta de servicios telemáticos que se genere y de la demanda que estos servicios obtengan por parte de la ciudadanía».
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