19 feb 2009

Los expedientes militares, expedientados.
En este artículo publicado en Las Provincias se afirma que el traslado de los juicios sumarísimos de Valencia obedece a la intención de dificultar su acceso: "El resultado inmediato no es otro que el de perpetuar la inaccesibilidad a la fuente -al menos momentáneamente- por mucho que se diga que será devuelta y puesta a disposición de los investigadores de inmediato. El argumento resulta baladí a todas luces, ya que el objetivo último de la maniobra no es otro que el de ocultar el máximo tiempo posible toda una serie de vergüenzas que abarcan desde la propia arbitrariedad de la llamada justicia franquista hasta la misma esencia de uno de los pilares de la construcción del régimen, sin olvidar a los actores de la misma, cuestión se desprende poco amable y que destapa pasados difíciles de argumentar."
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1 comentario:

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

Si tuviese que juzgar a este historiador por el artículo de Las Provincias, diría que ni me ofrece confianza ni me merece credibilidad, porque cualquiera diría que está aquejado por una especie de pataleta que lo confunde como a Dinio, Dimio o como se llame, y que no se entera de la misa la media.

Sostener en letra impresa que se llevan los expedientes a Madrid para dificultar su consulta y ocultar las vergüenzas del franquismo por parte de la que denomina "casta militar", es algo que no se cree ni él, y si se lo cree, en mi opinión tendría que hacérselo mirar, que cualquiera diría que no le funciona bien: por una parte desde el MCU llegan a hacer barbaridades como trasladar a Salamanca cachitos de fondos del AGA o Tribunal de Cuentas; y por otra, una miembra del Gobierno como es la ministra de Defensa, en realidad está en manos del PP, de la ultraderecha o de Intereconomía, y pone trabas a la consulta de los documentos que destapan las vergüenzas de los nacionales... No se lo cree ni él.

Del problema, en mi opinión, participan tres elementos que le han pasado desapercibido a este buen señor:

1.- Todavía hay funcionarios que añoran una España férreamente centralizada, para los que el Título VIII de la CE debe ser soslayado cueste lo que cueste. De este modo, se aprovechan subterfugios reglamentarios para poner de vuelta y media lo que no gusta de la Constitución; por ejemplo, que la Administración debe actuar bajo los principios de descentralización y desconcentración. Consecuencia: se crean archivos de concentración sin que importe la CE o la propia seguridad, porque las guerras existen, como existen los atentados y en un archivo de concentración se puede perder toda la documentación de un organismo, tanto de las oficinas centrales como de las periféricas.

2.- Cierto afán de protagonismo (perdido), o de puestita en escena de adolescente por parte de algunos archiveros, que no entienden ni aceptan que haya tantos sistemas archivísticos como CC AA, y añoran los viejos tiempos de la centralización napoleónica; al menos, a juzgar por eso que se repite con cierta frecuencia en mentideros con respecto "al sistema archivístico español, o lo que queda de él", como si las autonomías no formasen parte del mismo Estado que se llama España y los centralistas fuesen más españoles por el hecho de ser centralistas: tururú...

3.- La escasa atención, por no decir nula atención que presta la AGE a sus archivos, que salvo en temas puntuales que les interesan por otros motivos, no los dotan con personal ni medios suficientes, como no sea aquellos que producen rentabilidad de cara a la galería. Los ejemplitos son variados: la mayoría tienen horarios de atención al público raquíticos; el añejo colapso del sistema, cuya solución se ha anunciado hace pocas semanas -y no sin polémica por parte de los afectados, que algunos para ponerse dificultativos son insustituibles-, y sobre todo, las escasísimas plantillas con las que atiende la AGE sus archivos. El ejemplo típico-tópico y ridículo se produce en el AGA: un centro que posee algo así como 175 km de estantería abre tan sólo en horario de mañana y cuenta con unos 15 archiveros, plantilla similar a la de otros centros que me quedan cerca, que para 21 km de estantería cuentan con doce archiveros. Si no dotan los archivos "generales" con personal suficiente, con esta mentalidad resulta impensable realizar inversiones en infraestructuras y personal para los archivos intermedios de la Defensa, que están en "provincias", más o menos de adorno, y en realidad se consideran un lugar de paso hasta llegar a los añorados archivos generales ¿Que no? Puedo equivocarme como cualquier otro, pero lo que percibo (y más que no digo) creo que va por ahí.