10 nov 2009

Lectura con aroma a pescado.
Tercermundista. Ese es el calificativo que mejor define el estado en el que se encuentra la biblioteca pública de Sax (Alicante). Situada encima del mercado, los usuarios soportan malos olores, goteras y ordenadores averiados.
Los usuarios que cada día acuden a leer, a estudiar o a navegar por Internet no han tenido más remedio que acostumbrarse a convivir con el desagradable olor a pescado que emana de los puestos de venta ubicados justo debajo de la sala de lectura.
Según la normativa, la sala de Sax requeriría un segundo técnico de biblioteca. Sin embargo, el Consistorio en lugar de convocar dicha plaza, trata de cubrir la necesidad contratando a auxiliares a tiempo parcial. Algo que no soluciona el problema, puesto que el actual bibliotecario realiza funciones de archivero e historiador local y, además, ejerce como profesor universitario durante dos tardes a la semana.

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