El Ministerio de Cultura ha recibido del Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil 67 importantes documentos de los siglos XVI y XVII, entre ellos, varios mapas de Ptolomeo, robados en los dos últimos años de bibliotecas españolas por un sólo hombre, un húngaro de 47 años, que está detenido.
La operación «Biblión», que aún sigue abierta, tiene pendiente la recuperación de al menos otros 53 documentos, que se buscan «por todo el mundo».
El general jefe de la Policía Judicial, Francisco Rico, ha explicado la enorme dificultad de enfrentarse a este tipo de ladrones, porque son auténticos expertos que «se cuelan» en las bibliotecas con carnés de investigadores y «cada vez utilizan técnicas más depuradas» para cometer sus crímenes.
En opinión del director general de Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, la mejor forma de protegerse de los cacos es la digitalización, que «te permite aportar toda la información que el documento contiene, incluso en mejores condiciones que el original, porque se puede hacer ampliaciones y limpiezas, y te permite preservarlos y difundirlos».
La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, ha hecho entrega de los documentos y mapas a los consejeros de cultura y representantes de bibliotecas y otras instituciones de las comunidades autónomas, entre ellas Castilla-La Mancha, en las que fueron sustraídos.
El detenido, residente en la República Dominicana, averiguaba a través de webs las bibliotecas en España donde se custodiaban relevantes documentos bibliográficos de su interés.
Una vez provisto de esta información, de pasaportes falsos y carnets de investigador conseguidos aportando la documentación falsa, se desplazaba a dichas bibliotecas para proceder a la sustracción de los documentos que había seleccionado.
Para extraer las hojas de los volúmenes, mutilaba los libros mediante la utilización de un objeto cortante, concretamente hojas de 'cúter' de pequeño tamaño que camuflaba para saltarse los controles de seguridad y poder manejarse con facilidad.
La operación «Biblión», que aún sigue abierta, tiene pendiente la recuperación de al menos otros 53 documentos, que se buscan «por todo el mundo».
El general jefe de la Policía Judicial, Francisco Rico, ha explicado la enorme dificultad de enfrentarse a este tipo de ladrones, porque son auténticos expertos que «se cuelan» en las bibliotecas con carnés de investigadores y «cada vez utilizan técnicas más depuradas» para cometer sus crímenes.
En opinión del director general de Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, la mejor forma de protegerse de los cacos es la digitalización, que «te permite aportar toda la información que el documento contiene, incluso en mejores condiciones que el original, porque se puede hacer ampliaciones y limpiezas, y te permite preservarlos y difundirlos».
La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, ha hecho entrega de los documentos y mapas a los consejeros de cultura y representantes de bibliotecas y otras instituciones de las comunidades autónomas, entre ellas Castilla-La Mancha, en las que fueron sustraídos.
El detenido, residente en la República Dominicana, averiguaba a través de webs las bibliotecas en España donde se custodiaban relevantes documentos bibliográficos de su interés.
Una vez provisto de esta información, de pasaportes falsos y carnets de investigador conseguidos aportando la documentación falsa, se desplazaba a dichas bibliotecas para proceder a la sustracción de los documentos que había seleccionado.
Para extraer las hojas de los volúmenes, mutilaba los libros mediante la utilización de un objeto cortante, concretamente hojas de 'cúter' de pequeño tamaño que camuflaba para saltarse los controles de seguridad y poder manejarse con facilidad.
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