Robos de identidad: su dinero y su nombre están en peligro.
Sufrir una suplantación de identidad es algo más común de lo que parece y le puede ocurrir a cualquiera, no hace falta ser millonario ni navegar de forma descuidada por Internet.
Basta con que alguien con malas intenciones tenga acceso a su nombre, DNI o e-mail, conozca el número de su tarjeta de crédito o haya accedido a su perfil de Facebook.
Datos personales que, por ejemplo, figuran en las cartas que se acumulan en su buzón, que circulan alegremente por las redes sociales o que alguna vez ha facilitado a un desconocido en una encuesta callejera, para un sorteo o en una recogida de firmas.
"La gente piensa que el peligro está en Internet, pero eso es sólo la punta del iceberg", asegura el jefe del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, Manuel Alcaide, que alerta de que un buzón -en apariencia inofensivo- puede ser una mina de información sensible.
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Sufrir una suplantación de identidad es algo más común de lo que parece y le puede ocurrir a cualquiera, no hace falta ser millonario ni navegar de forma descuidada por Internet.
Basta con que alguien con malas intenciones tenga acceso a su nombre, DNI o e-mail, conozca el número de su tarjeta de crédito o haya accedido a su perfil de Facebook.
Datos personales que, por ejemplo, figuran en las cartas que se acumulan en su buzón, que circulan alegremente por las redes sociales o que alguna vez ha facilitado a un desconocido en una encuesta callejera, para un sorteo o en una recogida de firmas.
"La gente piensa que el peligro está en Internet, pero eso es sólo la punta del iceberg", asegura el jefe del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, Manuel Alcaide, que alerta de que un buzón -en apariencia inofensivo- puede ser una mina de información sensible.
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