11 jun 2010

Llegó la hora de la factura electrónica.
La implantación de Factura-e, para los contratos con la Administración, está moviendo el sector de la digitalización certificada de documentos. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer.
La estandarización obliga a la utilización de un formato reconocido (EDIFACT, XML, PDF, HTML, DOC, XLS, JPEG o TXT entre otros), la transmisión telemática de la factura, inclusión de una serie de campos obligatorios y la utilización de una firma electrónica reconocida que garantice la autenticidad e impida alteraciones.
En la web http://www.facturae.es/ podemos encontrar mucha información. El ahorro en papel, envíos, tiempo de gestión, y sobre todo la optimización de los ERP de facturación son los argumentos más utilizados para implantar la factura electrónica.
Muchas compañías ofrecen soluciones de gestión documental certificada utilizando software certificado por la AEAT para la facturación electrónica, pero con documentos que van más allá de las propias facturas.
Aquí es donde quizá se está generando una mayor confusión, pues muchos aducen que con ello dan total validez legal al documento (albaranes, presupuestos, contratos, etc.) y se permite su destrucción física. Sin embargo, en realidad aún no hay una jurisprudencia clara al respecto que lo garantice al 100%, aunque a efectos técnicos no cabe duda de que un documento digital certificado en un momento dado nos garantiza su autenticidad, fecha y que no ha sido alterado.

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