En los Archivos de la Securitate.
Durante 40 años el régimen comunista rumano espió a sus ciudadanos a través de la policía secreta, la Securitate.
Durante 40 años el régimen comunista rumano espió a sus ciudadanos a través de la policía secreta, la Securitate.
2 millones de expedientes se conservan en el National Council for the Study of the Securitate Archives (CNSAS).
El espionaje en Rumanía alcalzó su punto álgido durante el régimen de Nicolae Ceausescu. Desde 1965 hasta 1989, el autoproclamado "genio de los Cárpatos" controló el poder por medio de una Securitate generalizada y miles de rumanos colaboraron de forma obligatoria o libre en el labor de espionaje.
Creado hace diez años, el CNSAS funciona realmente desde el 2007. El servicio de inteligencia rumano, heredero de la Securitate, se negó durante años a la apertura de los archivos.
Casi un millón rumanos han visto su expediente desde 1999 y si lo solicitan pueden conocer quiénes eran los informantes en su caso. Fue así como el archivero Ancuta Median descubrió que su propia mujer le había traicionado a la Securitate.
En Rumanía todavía queda mucho trabajo por hacer, la policía, los militares y el Ministerio de Defensa se niegan a revelar su pasado y muchos documentos han sido destruidos. A pesar de estas dificultades, la CNSAS sigue luchando para recoger los restos de este pasado doloroso.
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El espionaje en Rumanía alcalzó su punto álgido durante el régimen de Nicolae Ceausescu. Desde 1965 hasta 1989, el autoproclamado "genio de los Cárpatos" controló el poder por medio de una Securitate generalizada y miles de rumanos colaboraron de forma obligatoria o libre en el labor de espionaje.
Creado hace diez años, el CNSAS funciona realmente desde el 2007. El servicio de inteligencia rumano, heredero de la Securitate, se negó durante años a la apertura de los archivos.
Casi un millón rumanos han visto su expediente desde 1999 y si lo solicitan pueden conocer quiénes eran los informantes en su caso. Fue así como el archivero Ancuta Median descubrió que su propia mujer le había traicionado a la Securitate.
En Rumanía todavía queda mucho trabajo por hacer, la policía, los militares y el Ministerio de Defensa se niegan a revelar su pasado y muchos documentos han sido destruidos. A pesar de estas dificultades, la CNSAS sigue luchando para recoger los restos de este pasado doloroso.
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