
Más de 40.000 rollos de microfilmes con millones de imágenes obtenidas por la Iglesia mormona en casi 200 archivos españoles reposan junto a documentos de todo el mundo en la Biblioteca de Historia Familiar de Salt Lake City (Utah-EEUU), a doscientos metros de profundidad bajo las Montañas Rocosas.
Esa base documental, en proceso de digitalización, permite a los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) cumplir con su compromiso religioso de encontrar a sus ancestros para que puedan abrazar su religión, pero además constituye un importante registro genealógico.
Pero desde mayo de 2008, el acceso a esa información les fue vetada por el Vaticano que, en una carta dirigida a todos los episcopados del mundo, prohibió poner sus archivos a disposición de los mormones por considerarlo una práctica "lesiva a la privacidad de las personas y por estar cooperando con las prácticas erróneas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos del Último Día".
"Las alternativas a esos registros oficiales -explica Jesús Sánchez- son los archivos históricos provinciales que conservan testamentos o registros notariales, y los municipales que guardan padrones, censos, quintas, registros militares, cementerios y registro civil municipal".
Para su trabajo, recaban información anterior a 1900, "para no interferir con la ley de Protección de Datos", y en algunos caos no pueden hacer fotocopias, digitalizar, o volcarlos en Internet, por restricciones impuestas por los propietarios del archivo.
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