9 sept 2009

Cataluña bloquea la devolución a Orihuela de su libro de Repartimientos.
La Generalitat catalana mantiene bloqueada desde abril de 2007 la devolución a Orihuela del Libro de los Repartimientos de las Tierras y Vecinos de la Ciudad, redactado entre 1265 y 1314. Un códice medieval, con un gran valor histórico y simbólico para Orihuela y la comarca de la Vega Baja. El ejemplar fue sustraído del archivo municipal oriolano entre 1907 y 1908. Una década después fue adquirido por la Diputación de Barcelona a un librero catalán. En la actualidad se encuentra en depositado en un sótano de la Biblioteca de Catalunya.
En 2007 por primera vez la Generalitat Catalana mostró su voluntad de estudiar y negociar una propuesta de convenio. Los representantes de ambas partes se reunieron con ese fin. Una propuesta que se planteaba al margen de disputas políticas y que contó además con el consenso de los grupos políticos. Aquella propuesta planificaba no tanto una devolución sino una cesión al Consistorio.
Entre la buena predisposición de la administración catalana y actual bloqueo ha mediado un informe de la Biblioteca de Cataluña que, en esencia, viene a reiterar como argumento para rechazar la cesión que el volumen forma parte de su fondo patrimonial y que, por lo tanto, es de su propiedad. Además también se han sucedido cambio de responsables y técnicos en la Conselleria de Cultura catalana.
Uno de los principales escollos con los que se ha topado la reclamación oriolana del famoso códice ha sido que legalmente el robo del volumen ya no se reconoce en términos legales.
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1 comentario:

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa... Pero debe ser que es mejor que los fondos eclesiásticos gallegos procedentes de Desamortización o los de las comisarías de policía de toda España, estén en Madrid, que se forme y conserve un archivo (ahora refrito) como el de Salamanca con documentos que rompen la unidad de múltiples fondos documentales a lo largo y ancho del país, que los padrones municipales de habitantes con los que se hizo un ilustre en Cáceres (creo) continúen en un archivo balear; y no me quiero acordar cuando la Real Academia de la Historia devolvió a un ayuntamiento un documento medieval que éste le había prestado en el XIX para su transcripción y que no habían devuelto hasta que lo reclamaron hace pocos años, resulta que se monta el circo padre, que si es el acabose, que si la RAH tenía derechos legitimísimos para seguir conservando el documento y no sé qué pamplinas más.

¿Pero es que a nadie le repugna defender el expolio, la centralización, el enriquecimiento ilícito (también cultural) de algunos archivos ubicados en la comunidad que sea? ¿Pero es que a nadie le repugna el expolio y empobrecimiento cultural de las tierras de esta piel de toro? ¿Pero es que son más españoles los madrileños o salmantinos y de salir los documentos de donde se centralizaron se dejarían en manos de extranjeros?

En fin, ya sé que clamo en el desierto, pero para mí, ningún archivo o biblioteca tiene derecho moral a custodiar documentos robados o despojados de sus territorios de origen con injusticia grande (=expoliados), como tampoco se tendrían que comprar documentos de procedencia non sancta. Cada documento en su fondo, y cada fondo, en su ámbito cultural y territorial, en su casa, en donde mejor entienden su contenido, e incluyo el libro que ocupa la anotación que no pinta nada fuera del Archivo Municipal de Orihuela. Amén.