3 dic 2008

Exteriores no encuentra el informe secreto del pacto de Aznar y Bush.
El informe "muy secreto" del 10 de enero de 2002, que recoge la petición del consejero político-militar de la Embajada de Estados Unidos en Madrid para que los presos con destino a Guantánamo (Cuba) hicieran escala en España, no está en los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Al menos, no en los tres en los que debería estar: el del ministro (a quien iba dirigido el informe), el del director general de Política Exterior para América del Norte (que redactó el escrito y lo firmó) y el del secretario de Estado de Asuntos Exteriores (al que se remitió una copia).
Aunque ayer se seguía buscando en otros archivos del departamento -una labor prácticamente inabordable, dado su gran número y su dispersión-, la comisión ha constatado ya la pérdida del original, que legalmente tendría que estar en alguno de los tres archivos citados. Y sostiene, además, que su desaparición es anterior a noviembre de 2005.
El informe del 10 de enero, con el número 3329/02, es un documento oficial, por lo que la destrucción o sustracción del original, e incluso su pérdida por negligencia, podría implicar un delito. El artículo 54.1 de la Ley del Patrimonio Histórico Español, de 1985, señala que quienes, por la función que desempeñen, tengan a su cargo documentos oficiales "están obligados, al cesar en sus funciones, a entregarlos al que les sustituya en las mismas o remitirlos al archivo que corresponda".
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1 comentario:

LA NIÑA DEL EXORCISTA dijo...

Como diría un vecino: nihil novum sub sole...

"Como acabamos de ver, la idea de que la historia de la Administración española -que constituye un buen trozo de la historia de España- tenía una notable carencia de fondos para su estudio, debido al incendio del primitivo Archivo Central General, hay que desecharla. Se perdió mucho, sin duda alguna, pero queda mucho también y más quedaría si personas irresponsables no hubiesen ordenado destrucciones masivas o tratasen la documentación pública como fondos personales de su libre disposición (65)".

"(65) Sirvan de ejemplo la documentación de Ibáñez Martín, hoy depositada en la Fundación March o la de Serrano Súñer del tiempo que fue ministro de Asuntos Exteriores, cuyo paradero, al parecer, se ignora. Con harta frecuencia un cambio de equipo viene a producir una verdadera catástrofe en la documentación más interesante acumulada, lo que obliga al archivero consciente de su profesión a convertirse en perro perdiguero que busca, pregunta y clama -casi siempre en el desierto- porque no se trasladen o destruyan los papeles de los que se van. Y aún es más triste a veces que los que vienen terminan de "limpiar" los cajones y muebles de lo que los otros dejaron y "ya no les vale" puesto que piensan realizar sus propias y personales ideas a partir de cero (...)".

Pescador del Hoyo, María del Carmen: "La documentación de la administración central y sus vicisitudes". En: Documentación administrativa, 184 (oct-dic. 1979), p. 104.