Datos como el nombre, dirección, religión o estado civil de miles de alemanes circularon libremente por la red desde marzo a junio. La empresa HSH, encargada de asegurar estos datos informáticos, dejó colgados en una página de internet el nombre de usuario y la contraseña previstos para un programa que daba acceso a estos datos. 425 municipios alemanes tenían que modificar la contraseña dada en principio por la empresa para elegir una "personalizada", pero la mayoría no lo hizo, lo que dejó accesibles los datos sin ninguna protección.
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