
Los hechos objeto de la denuncia se remontan al 13 de abril de 2005, cuando apareció en un medio de comunicación la relación de iniciales y fechas correspondientes a 450 fallecidos del Hospital Severo Ochoa. La filtración se produjo durante la crisis de las falsas sedaciones irregulares en el servicio de urgencias. Según el dictamen, 'los nombres e iniciales aparecieron en varios medios, algo considerado como falta muy grave. Se accedió al libro de Registros de Urgencias sin el consentimiento de los familiares y sin autorización judicial'.
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