27 jul 2008

Nueva sede del Archivo Histórico Provincial de Castellón.
El Ministerio de Cultura ha aceptado la parcela ofrecida por la Generalitat Valenciana denominada El Bobalar como lugar de la futura sede del Archivo Histórico Provincial de Castellón. La parcela tiene un total de 11.991 metros cuadrados y el proyecto cuenta ya con un crédito inicial de 500.000 euros en el presente ejercicio.

1 comentario:

miguel álvarez dijo...

Esta noticia, tan positiva para Castellón si llega a materializarse, me recuerda lo poco fiables que resultan las promesas electorales; e incluso, lo engañosas que resultan las inauguraciones antes de una cita electoral. Dos ejemplitos:

1) Antes de las últimas elecciones, el MCU prometió levantar las instalaciones que alojarían al Archivo Histórico Provincial de A Coruña en el edificio de la antigua Fábrica de Tabacos; por prometer, hasta se aseguró que las obras concluirían en unos tres años.

Pues no, puro humo. Ahora sabemos que aquella noticia no dejaba de ser una mera milonga-promesa de campaña, y que el edificio en cuestión acogerá dependencias municipales que nada tienen que ver con el prometido archivo histórico provincial.

2) A mediados de enero el ministro de Cultura inauguraba las nuevas instalaciones del Archivo de Simancas. La propia página web de este archivo recogía hasta pocas semanas antes una relación de fondos que se encontraban depositados en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid con motivo de las obras. Inauguradas las obras y eliminada la relación de la página web, era lógico pensar que los documentos depositados en la Chancillería hubiesen vuelto a Simancas.

Pues tampoco. Esta misma semana un amigo formuló una consulta a Simancas -a la que respondieron con la diligencia y profesionalidad que son habituales en ese archivo; en la contestación le dicen, que si bien las obras del Archivo de Simancas concluyeron en febrero, parte de los fondos continúan depositados en la Chancillería.

En definitiva, cuando una y otra vez se vende humo o se juega con la ambigüedad calculada, no debe extrañar que algunas fuentes ni me inspiren confianza ni me merezcan credibilidad.