El portátil, mejor sobre la mesa.
Es una de las posturas más características de los tiempos que corren. La hemos visto en películas, en publicidad, en el trabajo o en clase. Consiste en sentarse o recostarse en una cama o sofá, con el ordenador portátil sobre las rodillas. Y así pueden pasar las horas.
Pero hay que tener cuidado: el calor que desprende la máquina puede dañar la piel de los muslos y originar una condición que se conoce como 'eritema ab igne' ('inflamación por fuego'), también llamada 'cabrillas' o, en el mundo anglosajón, 'síndrome de la piel tostada'.
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