El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha confirmado que se ha detectado el robo de 292 libros en la biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores. El ladrón podría haber sustraído libros de manera sistemática durante años y haberlos introducido en el mercado negro. También se ha sabido que la persona que se llevó los mapas de la Biblioteca Nacional lo hizo escondiéndolos entre la ropa...
En fin, que seguramente no se rodará una película sobre este asunto, con Tom Cruise entrando de noche en la Biblioteca Nacional para llevarse el mapa de Ptolomeo...
1 comentario:
Triste noticia y triste suceso, que puede pasar en cualquier sitio, aunque es más probable que ocurra si se abandonan los aspectos de seguridad, sobre todo la vigilancia, la inspección ocular pura y dura, directa, sin intermediación de cámaras, que están muy bien para disuadir, pero para poco más ¿verdad?
El ministro anuncia que se van a digitalizar los fondos. Está bien. Del mismo modo, anuncia la instalación de cantarinas en los libros, también está bien; pero las cantarinas se arrancan, y si no hay un señor o señora que pueda ver como el lector las está arrancando, de nada sirven; como tampoco sirven de mucho cuando lo que se arrancan son hojas del libro y se esconden entre la ropa o dentro de la carpeta, la funda del portátil y demás objetos que en algunos sitios aún dejan usar en las salas como si no supusiesen una amenaza evidente para la seguridad del archivo o biblioteca.
Está también muy bien llevarse lo mejor que uno pueda con los lectores y tratarlos igualmente lo mejor que uno pueda, pero hay que estar en las salas, y no hay que temer a llamar la atención cuando alguien entra con carpetas, mochilas u otros objetos que impidan observar su contenido; y hay que mirar hacia los usuarios, y hacerles ver que se les mira, y pasear por la sala, por los pasillos que dejan las mesas, que mirar para otro lado es muy cómodo pero presenta estos inconvenientes que lamentamos y que a mí en particular me producen una sensación que está entre el cabreo y la nausea.
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