Según una estimación del Correo de Suiza, las facturas de papel representan cada año en aquel país la tala de 500.000 árboles. Teniendo en cuenta que emitir una factura en formato tradicional cuesta a la empresa unos 2 euros y que la misma factura en formato electrónico tiene un coste de 0,20 euros... la cantidad de millones que se van a ahorrar las grandes compañías debería revertir en parte a la conservación del medio ambiente.
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