5 jul 2009

Burlas y venganzas amorosas circulan por la red detrás de identidades falsas.
La escritora Lucía Etxebarría acaba de denunciar en un artículo que alguien que utiliza su nombre "ha colgado su perfil en Twitter y va relatando los avatares de su (mi) vida". Casos como éste, de suplantación de personalidad, proliferan al amparo de la falta de protección de la identidad en las redes sociales.
Personajes populares como el presidente del PP, la alcaldesa de Valencia o el humorista José Mota han visto en los últimos meses circular por las redes sociales falsos perfiles con su identidad.
Además de ésta, hay otra forma de suplantación que consiste en apoderarse del perfil, de la cuenta de una persona en la red social y meter en ella información que la pueda comprometer.
"En la vida real, la suplantación de identidad es una conducta ilícita y perseguible civil, e incluso, penalmente. Y en Internet, con más motivo, porque desde el anonimato de la red se pueden provocar perjuicios más gravosos para los ciudadanos", explica el director de la AEPD, Artemi Rallo.
Detrás de esas conductas hay "una voluntad de causar un daño adicional a terceros, porque las fotografías que se cuelgan en las redes sociales -afirma- suelen ir acompañadas de comentarios denigrantes o vejatorios".
Se refiere, en concreto, a las imágenes de profesores captadas a través de teléfonos móviles o que simplemente han descargado de la web del centro, a las que acompañan con todo tipo de comentarios. "No sólo vulneran la normativa de protección de datos, sino que además suponen un atentado contra el derecho al honor y la consideración social de estas personas".
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