Palacio de los Arzobispos de Toledo: Archivos Abiertos.
Se inaugura en Alcalá de Henares la exposición 'Palacio de los Arzobispos de Toledo: Archivos Abiertos', que conmemora el 70 aniversario del incendio que destruyó el Archivo General Central.
La exposición se abre con el esplendor de uno de los mejores palacios del Renacimiento español, permite recorrer gradualmente su historia durante la Edad Moderna, a través de románticas estampas litográficas de los siglos XVII y XVIII, así como su transformación en Archivo General Central, y finaliza en los aciagos momentos de su incendio.
Sus salas acogieron los archivos de la diócesis; después sirvieron para la custodia de las Escribanías Notariales y las de Rentas del partido judicial y, a partir de la promulgación del Real Decreto de 17 de julio de 1858, albergaron los archivos de la Administración Central Española, tras la cesión al Estado para este fin por el Cardenal Fray Cirilo de Alameda y Brea.
La creación del Archivo General Central permitió organizar las remesas o envíos de los fondos documentales de Ordenes Militares, Inquisición y otros fondos históricos fundacionales del actual Archivo Histórico Nacional.
Su funcionamiento se interrumpió por un incendio acaecido el 11 de agosto de 1939. La noticia, de repercusión mundial, fue acallada por el régimen franquista, para no revelar la desaparición de este archivo y el de una buena parte de la historia moderna y contemporánea de España y de sus antiguos dominios coloniales.
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Se inaugura en Alcalá de Henares la exposición 'Palacio de los Arzobispos de Toledo: Archivos Abiertos', que conmemora el 70 aniversario del incendio que destruyó el Archivo General Central.
La exposición se abre con el esplendor de uno de los mejores palacios del Renacimiento español, permite recorrer gradualmente su historia durante la Edad Moderna, a través de románticas estampas litográficas de los siglos XVII y XVIII, así como su transformación en Archivo General Central, y finaliza en los aciagos momentos de su incendio.
Sus salas acogieron los archivos de la diócesis; después sirvieron para la custodia de las Escribanías Notariales y las de Rentas del partido judicial y, a partir de la promulgación del Real Decreto de 17 de julio de 1858, albergaron los archivos de la Administración Central Española, tras la cesión al Estado para este fin por el Cardenal Fray Cirilo de Alameda y Brea.
La creación del Archivo General Central permitió organizar las remesas o envíos de los fondos documentales de Ordenes Militares, Inquisición y otros fondos históricos fundacionales del actual Archivo Histórico Nacional.
Su funcionamiento se interrumpió por un incendio acaecido el 11 de agosto de 1939. La noticia, de repercusión mundial, fue acallada por el régimen franquista, para no revelar la desaparición de este archivo y el de una buena parte de la historia moderna y contemporánea de España y de sus antiguos dominios coloniales.
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