Maratón y medio de historia.
Cinco largas galerías confluyen en un patio central coronado por una espectacular cúpula y vigilado por una capilla de control de hierro forjado. Abunda hoy la luz en el edificio modelo en el que miles de presos vivieron a la sombra desde en 1907 hasta 1992 y que acaba de estrenarse como Archivo Histórico de Asturias. Ese también histórico edificio es ya punto de encuentro de maratón y medio de Historia y de historias, 65 kilómetros de estanterías móviles de los que 22 están ya ocupados con información judicial, notarial, con mapas, fotografías, microfilmes, con textos de ayer y de hace bien poco y hasta cintas de audio y vídeo. Todo ello y mucho más conforma un depósito que también tiene su propia historia, que nació en 1953 en el Palacio del Conde de Toreno, emigró después al ala Oeste del monasterio de las Pelayas y que vive ahora un momento de gloria en un espacio enorme, luminoso, robotizado y aún con el olor a nuevo instalado en sus remozadas paredes.
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