Localizan 15 kilos de explosivos en los archivos del edificio judicial.
Un buen susto se dieron ayer los empleados de los Juzgados de El Burgo de Osma cuando en los archivos de las dependencias judiciales se encontraron con varias cajas de material explosivo de amonita que confirmó el Grupo de Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Gedex) de la Guardia Civil.
Al parecer, un empleado se dirigió a este archivo, menos utilizado por los Juzgados burgenses, para proceder a realizar tareas de limpieza en la habitación, cuando localizó varias cajas que contenían unos cartuchos de algo que le parecía material explosivo. Inmediatamente lo puso en conocimiento de otros compañeros, para a continuación llamar a la Guardia Civil e informar de los hechos.
Según las primeras estimaciones se trata de explosivos de hace más de 60 años, que pudieron haber sido requisitoriados por el Juzgado en los años 40, y desde entonces habían permanecido en los sótanos de este edificio, sin que nadie hubiera reparado en ellos hasta ahora.
Explican fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Soria que antiguamente cualquier material incautado se quedaba en los archivos de los Juzgados donde se realizaba la instrucción pertinente. Una vez que los agentes especialistas determinaron la naturaleza de los explosivos, éstos fueron trasladados por miembros de la Guardia Civil hasta una cantera próxima a la villa burgense para proceder a su detonación de forma controlada, de acuerdo con el protocolo para desactivar este material.
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Un buen susto se dieron ayer los empleados de los Juzgados de El Burgo de Osma cuando en los archivos de las dependencias judiciales se encontraron con varias cajas de material explosivo de amonita que confirmó el Grupo de Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Gedex) de la Guardia Civil.
Al parecer, un empleado se dirigió a este archivo, menos utilizado por los Juzgados burgenses, para proceder a realizar tareas de limpieza en la habitación, cuando localizó varias cajas que contenían unos cartuchos de algo que le parecía material explosivo. Inmediatamente lo puso en conocimiento de otros compañeros, para a continuación llamar a la Guardia Civil e informar de los hechos.
Según las primeras estimaciones se trata de explosivos de hace más de 60 años, que pudieron haber sido requisitoriados por el Juzgado en los años 40, y desde entonces habían permanecido en los sótanos de este edificio, sin que nadie hubiera reparado en ellos hasta ahora.
Explican fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Soria que antiguamente cualquier material incautado se quedaba en los archivos de los Juzgados donde se realizaba la instrucción pertinente. Una vez que los agentes especialistas determinaron la naturaleza de los explosivos, éstos fueron trasladados por miembros de la Guardia Civil hasta una cantera próxima a la villa burgense para proceder a su detonación de forma controlada, de acuerdo con el protocolo para desactivar este material.
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