ABC publica un artículo sobre el estado en que se encuentran los papeles en los juzgados de Sevilla, amontonados, sin control, en una situación caótica: "la planta baja, donde se encuentra el archivo general de los juzgados, es ahora mismo un extraordinario «cementerio» de los más variopintos enseres que puedan verse".
En fin, de vez en cuando nos asalta una noticia de éstas: lo que tienen que sufrir muchas veces los archiveros...
2 comentarios:
Salvo mejor opinión, nada nuevo bajo el sol, y recordemos que de acuerdo con el informe del Consejo General del Poder Judicial que enlazaste en una de las entradas, el archivo del Juzgado de Partido de O Barco de Valdeorras (Ourense), no sólo tiene problemas de espacio, sino que es frecuente que se inunde con las crecidas del río, xDDD Al menos en Sevilla no les entra el río en el depósito...
Algunos archivos judiciales, creo que dependen de los servicios de mantenimiento, y allí se amontonan en singular revoltijo piezas de convicción, ordenadores, sillas y demás trastos que no tienen uso. Eso sí, están modernizados a tope, que por modernizar el archivo suelen entender gastar un pastón para dotarlos de compactus, aunque no haya personal con preparación -aunque sea a nivel de auxiliar de archivo- o simple buena voluntad para atenderlo con un mínimo de decoro.
Por lo demás, puede haber papeleras, esto es, grandes cajones de cartón en donde se echó un revoltijo general de expedientes; legajos de un metro de largo, que seguramente así se mueven mejor; va un pleito o causa a tribunal superior, y como cuando vuelve está más gordito y ya no cabe en la caja, se emplean sistemas novedosos: léase ponerlo en el espacio de coronamiento que queda sobre las cajas, o sobre el techo de la estantería, o fuera de su caja entre otras dos; o acudir al método victorioso de atarlo a la caja pero por fuera de ésta :-D , o con más frecuencia en el suelo, eso sí, también atadito por fuera de su caja, lo que obliga a dar saltitos por los pasillos que hay entre estanterías. Y aún estoy recordando una imagen tragicómica de un depósito así, en el que en las estanterías había cajas que sobresalían, algunas tanto que pese a estar inclinadas no se caían porque la balda superior hacía de tope; otras introducidas tan al fondo que hacían salir la unidad que estaba al otro lado; como los testigos no se hicieron para poner en el lugar del documento, se pegaban con fixo -el 3M no se conoce- en la propia caja, así que se caían, y como el suelo ya digo que estaba repleto de cajas que no cabían en su estante, de suerte que uno iba dando saltitos entre ellas, si se caía un testigo, desaparecía, y ancha es Castilla.
Por supuesto, la documentación se manejaba también de forma moderna, es decir, leyendo lo que se había anotado en las cartelas; eso de dar una numeración correlativa a todo el depósito no se conocía, de suerte que cada serie tenía la suya propia, que volvía a comenzar en el número uno a principio de cada año (Juzgado de Instrucción nº X, Diligencias previas, Leg. 1/año, leg. 2/mismo año; al año siguiente volvía a haber otro legajo 1 y otro legajo 2 para la misma serie procedente de igual juzgado, etc.). Sugerí a quien llevaba aquel archivo -lo de "archivo" es un decir y sólo para entendernos- que hiciese una sencilla relación de entrega, numerando de forma correlativa todos los legajos del depósito, y anotando en la misma el juzgado de procedencia, tipo documental, así como el primer y último expediente de cada unidad, junto con las fechas extremas de la misma, que con buena voluntad y poco dinero se pueden hacer muchas cosas, y además tenía un ordenador -aún no sé para qué- pero casi me echa de allí con cajas destempladas. En fin...
María José, aunque agradeces los comentarios, si ves que soy muy pesado, dímelo, que a veces los temas me interesan o me apasionan tanto que no sé si participo demasiado. Gracias.
Es que hay situaciones... que no se dan en otros gremios. Son sólo para los "sufridores" de los archiveros. A ver quién trabaja en las condiciones que soportamos muchas veces, entre trastos viejos, sótanos que se inundan, montoneras de papeles por los suelos...
Entre todos tenemos que intentar dar a conocer mejor nuestro oficio y que obtenga el valor que se merece.
Miguel, a mí me encanta que participes y que escribas libremente lo que pienses.
Un abrazo
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