La Oficina Federal de Investigación (FBI) estadounidense anunciará en los próximos días la adjudicación de un contrato de 1.000 millones de dólares (680 millones de euros) para crear una gigantesca base de datos con información física de los ciudadanos. Esta base de datos incorporará información biométrica para identificar a las personas según sus rasgos físicos, como la palma de la mano, el iris o cicatrices, y su fin es poder identificar mejor a delincuentes y terroristas. Para los que se oponen al programa, la futura base de datos del FBI supone vigilar a la sociedad permanentemente.
En Londres, la organización británica de derechos humanos Liberty denuncia en un informe las numerosas formas en las que los ciudadanos del Reino Unido son vigilados desde que se lanzó la llamada 'guerra contra el terrorismo'.
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