Hasta cinco millones de correos electrónicos de la administración Bush podrían haber desaparecido. La ley de 1978 sobre los archivos presidenciales (Presidential Records Act) estipula que todos los e-mails de la Casa Blanca deben ser conservados de manera permanente. Pero el equipo de Bush ha burlado la ley utilizando otros servidores de correo que pertenecen al Partido Republicano y en los que se permite la eliminación. El Congreso reclamaba esos correos electrónicos como necesarios para la investigación que desarrolla en torno a la destitución de 8 fiscales federales.
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