
"Fue sin saber. Era el último día y tenía una pila de papeles para firmar", justificó Cardoso.
El decreto firmado entonces por Cardoso está en plena discusión en el Senado, que debate si debe ser mantenido o revocado total o parcialmente, a fin de que la sociedad tenga acceso a documentos que hasta ahora permanecen bajo el más estricto sigilo.
Esos documentos, según fuentes oficiales, abarcan desde muchos relativos a las relaciones exteriores del país durante los últimos 200 años, hasta los referidos a la última dictadura militar, que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.
"Todos saben cuál era mi posición", declaró la actual jefa de Estado, Dilma Rousseff, hace diez días, cuando explicó a periodistas que tras conversar con asesores políticos decidió respaldar el mantenimiento de las normas que conservan bajo escrito secreto numerosos documentos oficiales.
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