El Gobierno británico quiere registrar todas las llamadas y correos electrónicos como parte de la lucha antiterrorista.
El objetivo es registrar en una base de datos global toda llamada telefónica, correo electrónico y mensaje de texto que circule por el país como parte de una estrategia de lucha contra el terrorismo. La intención del Gobierno británico es que proveedores de internet y compañías de telecomunicaciones pongan en sus manos las grabaciones y registros que, según estipula la directiva antiterrorista de la Unión Europea, actualmente ya mantienen durante un año y que pasarían a la custodia gubernamental por un plazo igual como mínimo, en el que tanto la policía como los servicios de seguridad en general podrían acceder una vez obtenida la autorización judicial.
Han surgido ya las dudas sobre la propia capacidad de absorber toda la información generada por una red en la que tan sólo el pasado año se intercambiaron 57.000 millones de mensajes de texto y en la que se calcula que en torno a tres millones de correos electrónicos son enviados diariamente. Se trata de un paso más de los promovidos por el departamento del Interior en medio de una importante polémica en la que diversas plataformas ciudadanas e incluso organismos oficiales de carácter independiente han denunciado un intento de control desmedido.
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